La inmensidad energética y natural de un lugar en un día y un espacio en los que el universo te deja boquiabierta.

Un recordatorio de que el mundo te sorprende, te mueve y te despierta. La soledad (como solitude), una soledad linda, interna, no soledad de un lugar, sino la soledad en donde encontras un mix perfecto entre colores, texturas y ecosistemas. En donde ves como la aridez mas grande del mundo puede tener tantos colores, un arcoiris en todos los sentidos — en texturas, en climas, sensaciones y minerales — la sal, el agua, las estrellas, el frío, el calor, la altura, todo se junta para crear belleza, franjas y capas que permiten encontrarnos. que permiten conexiones entre uno y con otros, que generan tantas sensaciones, movilizantes, mágicas y que incluso pueden ser drenantes.

Acá es en donde uno se vuelve a sentir chico, donde la curiosidad arrasa con la cabeza

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Silencio y raíz